El grupo mexicano está nominado por su disco 45 y su líder, Saúl Hernández, cuenta cómo lo compuso.
Por DAVID DORANTES La Vibra de Houston
Jan. 22, 2009
HOUSTON.— Saúl Hernández contesta su teléfono celular desde alguna calle de la ciudad de Ámsterdam. El bullicio urbano del atardecer holandés es lo primero que se escucha como un rumor en el que se confunden voces en diversos idiomas, ruido de motocicletas, el aullido del viento y una risa infantil. Hernández, vocalista y letrista del grupo mexicano Jaguares, está en Europa de vacaciones junto a su esposa y su hija para hacer una pausa y reposar luego del frenético ajetreo de cuatro meses de gira que le dejó el lanzamiento de su disco 45, en septiembre de 2008.
El título del disco alude a los 45 millones de mexicanos que viven en extrema pobreza, explica el músico de 45 años de edad. "La gira ha sido extenuante, es cierto, pero al mismo tiempo ha sido maravillosa. Ha traído mucha paz a la banda (...) una serenidad interior increíble. ¿Sabes? Quiero agradecer, públicamente, a toda la raza que ha estado apoyándonos y que ha ido en los conciertos", refiere el guitarrista en medio de suspiros.
El grupo Jaguares, que completan el guitarrista César Vampiro López, Alfonso André en la batería y Marco Rentería en el bajo, está nominado al Grammy por ese disco en la categoría de Mejor Álbum Latino de Rock o Alternativo junto a sus paisanos la cantautora Ximena Sariñana, el dueto de música electrónica Nortec Collective y las bandas multiétnicas estadounidenses Grupo Fantasma y Locos por Juana. Sin embargo, para los expertos en rock en español el gran favorito para llevarse el galardón el próximo 8 de febrero en Los Ángeles es Jaguares debido a que el séptimo disco de su carrera combina en las 10 canciones letras poéticas y reflexivas, hechura de Hernández, con un sonido de guitarras poderosas y sin artificios de rock básico. El disco fue producido de manera conjunta por Hernández y André y contó con la colaboración del tecladista y saxofonista mexicano Diego Herrera, antiguo miembro de Caifanes que fue la banda que germinó a Jaguares en 1996.
Hernández, tratando de hacerse oír por encima del caos urbano, bromea gentil antes de dar la entrevista: "¿Cómo ves si mejor hablamos de recetas de cocina?". Y suelta una carcajada sonora que acalla el barullo por un momento. Aunque enseguida, de buena gana, acepta la propuesta de desmenuzar cada una de las canciones que conforman su nuevo disco en una especie de análisis literario de su propia obra que se caracteriza, precisamente, por la intención poética.
Alquimista
"Es la historia de una persona que vive encerrada en un frasco y dentro de ese frasco empieza a analizar su vida. De repente se da cuenta que quiere salir de su encierro. No puede pero descubre una manera de supervivencia dentro de ese encierro, la imaginación. La canción es una invitación a la esperanza, por eso es la que abre el disco".
Lobo
"En esta canción retomo la leyenda azteca del nahual que era un ser mitológico y poderoso porque podría ser animal y humano. Es sobre los cambios en la vida, que son tan necesarios".
Entre tus jardines
"Se la escribí a Julia, mi esposa. Es una canción en la que retomamos la relación de pareja que debe ser 50 y 50. El hombre, en estos tiempos, siempre quiere llevar la batuta de una relación y ofrecer los caminos. El personaje de la canción se da cuenta que su pareja está más elevada que él y se siente perdido. Hasta que en realidad lo que pasa es que está flotando entre los jardines de ella, por donde ella lo lleva. Es una canción en contra del machismo".
Viajando en el tiempo
"Esta rola tiene que ver con el hecho de que la vida ya va muy rápido y se ha vuelto mecánica, práctica y fría. El capitalismo también está demostrando que tiene un cáncer muy grande. Viajando en este tiempo es en donde busco mi mirada perdida en este mismo tiempo vertiginoso, es una paradoja, porque necesitamos hacer una pausa y reflexio