A veces es necesario atascarse para actualizar su proceso creativo. Eso es lo que le pasó a Kelly Moran, una pianista experimental que firmó con Warp Records. Su álbum de 2018 Ultraviolet nació de un viaje al bosque. Paul Wilson descubrió cómo un día perderse en la naturaleza cambió su forma de trabajar.
El día en que la vida creativa de Kelly Moran cambió para siempre no empezó a tener un aspecto especial. No estaba en un buen lugar, estaba cansada y su energía creativa se había ido. El objetivo de esa mañana era no terminar haciendo algo. Ella sólo quería componer.
"Estaba componiendo para un músico que básicamente rechazaba todo lo que le enviaba", dice Kelly. “Fue realmente difícil porque pensé que estaba haciendo un buen trabajo y fue la primera vez que tuve una experiencia así. Fue realmente molesto y me había estresado durante semanas."
"Finalmente pensé, tengo que apagar mi cerebro y dejar de pensar en lo que me está molestando". Así que hice un viaje al bosque, fui a nadar en el océano y traté de olvidarme de todo ".
"Escuchar los sonidos de la naturaleza, los ecos en el bosque, me hizo darme cuenta del trabajo que estaba haciendo tan forzado."
No salió como estaba previsto. En lugar de aclarar su mente, el tiempo que Kelly pasó en la Reserva Welwyn, una reserva natural en la costa norte de Long Island, en el estado de Nueva York, la llenó de nuevas ideas.
"Sentada en el bosque, estaba pensando en lo difícil que estaba intentando y en el proceso al que estaba acostumbrada. Empecé a pensar en cambiar cómo se sentía mi música y cómo sonaba ", dice Kelly.
"Y sé que suena cursi, pero escuchar los sonidos de la naturaleza, los ecos en el bosque, me hizo darme cuenta del trabajo que estaba haciendo tan forzado. Necesitaba relajarme un poco y permitir que las cosas salgan un poco más naturalmente".
Regresó a la casa de sus padres, donde se alojaba, y se sentó al piano sin tener en mente el final del juego. "Era la primera vez en años que lo hacía", recuerda. "No estoy pensando, ¿va a ser un disco? Sólo pura expresión.
"Definitivamente logré un estado de conciencia diferente mientras tocaba, tan concentrado y tan en la música. Todo lo que sucedía a mi alrededor era completamente irrelevante, completamente excluido. Cada vez que me sentaba a hacer una nueva pieza, sentía que estaba teniendo una experiencia completamente nueva con el instrumento ".
Ultraviolet, el álbum de 2018 que resulta de sus improvisaciones inspiradas como un trance, se convirtió en su lanzamiento más destacado. Ha llevado su carrera al siguiente nivel.
Kelly no puede recordar el programa de televisión que estaba viendo, a la edad de seis años, cuando vio a alguien tocando el piano y le preguntó a sus padres si podía tener uno. “Me dieron un pequeño teclado para ver cuánto me gustaba. Lo tomé muy rápido. Mi madre estaba realmente interesada en las antigüedades en ese momento y me encontró un piano antiguo. Me obsesioné y no dejé de jugar ".
Más de dos décadas después, Kelly todavía está buscando nuevos sonidos de un instrumento que ha estado presente durante más de 300 años. En Ultraviolet, al igual que en sus álbumes anteriores, cuatro de ellos lanzados en enero y en Bloodroot en los discos de Telegraph Hard, también contribuye con la producción y la electrónica. Es licenciada en composición musical, producción e ingeniería de la Universidad de Michigan (y para su maestría en la Universidad de Irvine en California, estudió el proceso de colaboración entre compositores y coreógrafos).
La música de Kelly ha sido descrita de diversas maneras como vanguardista, minimalista, posmoderna y postmoderna. Lo que sí es cierto es que su música es hermosa e inquietante. No es la primera persona en unir los mundos de la música clásica y la electrónica, pero sus sonidos únicos la hacen una destacada creadora musical.
Sus compañeros musicales también lo creen. Dan Lopatin, también conocido como Oneohtrix Point Never,
